La
elección de una carrera universitaria cuando se termina la etapa de enseñanza
media es uno de los procesos más difíciles por los que pasan miles de jóvenes y
adolescentes, los que no están bien informados sobre lo que esto implica o
simplemente no han dedicado tiempo para investigar acerca de el tema. También, muchas
veces son presionados por sus propias familias a elegir carreras que les
generarán una gran cantidad de recursos, pero no satisfacción ni vocación.
Para solucionar esto primero
se debe hacer un autoanálisis pensando en cuáles son tus aspiraciones,
proyecciones y planes para un futuro no muy lejano. Debes ser sincero contigo
mismo, viendo que es lo que me gusta hacer y para que soy bueno, utilizando un
lenguaje más formal, encontrar tu vocación y tus aptitudes.
Para
ello puedes consultar a tu círculo más cercano, ya sea tu núcleo familiar como a
tus compañeros o amigos, en qué áreas encuentras que te desarrollas mejor.
Incluso a los profesores, ya que ellos son o fueron los encargados de tu formación académica y en este proceso conocieron tus debilidades y capacidades.
La
familia es un eje fundamental en este proceso ya que si no se cuenta con el
apoyo de ésta, se hace mucho más difícil tomar las decisiones correctas.
En
resumen no hay que mentirnos a nosotros mismos, ya que nosotros estaremos ejerciendo la profesión que elegimos durante el resto de nuestras vidas,
y aunque ganemos todo el dinero del mundo ¿Valdrá la pena hacer sentir bien a los demás si no nos sentimos felices ni completos?
Por Yerko Ovando
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