lunes, 26 de junio de 2017

Reseña de “The Babadook”

The Babadook es una película estrenada en el 2014, que trata acerca de la vida de una mujer  llamada Amelia luego de perder a su esposo ya hace 6 años en un accidente justo cuando iba a dar a luz a su hijo, Samuel . En medio de un ambiente de soledad reinante, Sam (como le dice a su hijo) se encuentra un libro llamado “Mister Babadook” y decide pedir a su madre que se lo lea como cuento antes de dormir, luego de leerlo el niño se convence de que el monstruo se encuentra acechándolos y que tendrán que protegerse con trampas hechas por él.

Admito que inicié esta película con bastante desconcierto, pues no sabía que esperarme respecto a ella, había leído algunas sinopsis que señalaban que era una película de terror y otras que señalaban que era más bien “thriller”, en otras palabras terror psicológico. The Babadook en sí, es una película de terror psicológico, o sea es una película que se centra en los temores de los personajes, sus culpas, creencias y supersticiones. En ese sentido la película cumple su rol, mostrando en todo momento lo mucho que aún sufre Amelia al perder tan repentinamente a su esposo, mostrando un deteriorado estado mental de la mujer , sufrimiento que entrega a su hijo depositando la culpa en él y en ella. Al comenzar la película se hacía evidente el mal trato de Amelia a su hijo, ignorándolo la mayoría del tiempo y el niño en desesperados intentos de llamar su atención hace  distintas “maldades” según ella, lo que debido a las circunstancias de las acciones se le caracteriza como un niño problema. Por otro lado, se encuentra el rol del libro “Mr Babadook” en la película, que tras su aparición, desencadenó una crisis entre Samuel y su madre, se deduce en algún momento de la historia que el Babadook (un monstruo oscuro, con mirada fría buscando al asecho a sus víctimas) no es un ente sobrenatural. 


Recomiendo totalmente esta película, eso sí para un público adolescente- adulto, ya que se necesita de cierta madurez entender las problemáticas que se hablan ( depresión, una familia disfuncional, la soledad, etc). Además la  simbología es muy buena, lo que da la oportunidad al espectador para que piense y reflexione respecto a lo que observa. No entregándole sólo una historia plana, también una enseñanza.

“No hay que enfrentar los miedos, sino hay que vivir con ellos”

Por Javiera Zepeda

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