The
Babadook es una película estrenada en el 2014, que trata acerca de la vida de
una mujer llamada Amelia luego de perder
a su esposo ya hace 6 años en un accidente justo cuando iba a dar a luz a su
hijo, Samuel . En medio de un ambiente de soledad reinante, Sam (como le dice a
su hijo) se encuentra un libro llamado “Mister Babadook” y decide pedir a su
madre que se lo lea como cuento antes de dormir, luego de leerlo el niño se
convence de que el monstruo se encuentra acechándolos y que tendrán que
protegerse con trampas hechas por él.
Admito
que inicié esta película con bastante desconcierto, pues no sabía que esperarme
respecto a ella, había leído algunas sinopsis que señalaban que era una
película de terror y otras que señalaban que era más bien “thriller”, en otras
palabras terror psicológico. The
Babadook en sí, es una película de terror
psicológico, o sea es una película que se centra en los temores de los
personajes, sus culpas, creencias y supersticiones. En ese sentido la película
cumple su rol, mostrando en todo momento lo mucho que aún sufre Amelia al
perder tan repentinamente a su esposo, mostrando un deteriorado estado mental
de la mujer , sufrimiento que entrega a su hijo depositando la culpa en él y en
ella. Al comenzar la película se hacía evidente el mal trato de Amelia a su
hijo, ignorándolo la mayoría del tiempo y el niño en desesperados intentos de
llamar su atención hace distintas
“maldades” según ella, lo que debido a las circunstancias de las acciones se le caracteriza
como un niño problema. Por otro lado, se encuentra el rol del libro “Mr
Babadook” en la película, que tras su aparición, desencadenó una crisis entre
Samuel y su madre, se deduce en algún momento de la historia que el Babadook (un monstruo oscuro, con mirada
fría buscando al asecho a sus víctimas) no es un ente sobrenatural.
Recomiendo
totalmente esta película, eso sí para un público adolescente- adulto, ya que se
necesita de cierta madurez entender las problemáticas que se hablan (
depresión, una familia disfuncional, la soledad, etc). Además la simbología es muy buena, lo que da la
oportunidad al espectador para que piense y reflexione respecto a lo que
observa. No entregándole sólo una historia plana, también una enseñanza.
“No
hay que enfrentar los miedos, sino hay que vivir con ellos”
Por Javiera Zepeda
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